Los miedos y las Flores

Temores, miedos, pánico, terror. Los distintos estadios de estos sentimientos afectan por igual al cuerpo físico y alteran la existencia. A veces creemos que porque ignoramos nuestros temores, ellos no tienen ninguna incidencia sobre nuestra vida. Esta es, sin embargo, la razón por la cual ellos tienen el dominio de la persona: son las sombras que habitan en el interior y que atacan cuando menos se lo espera, haciendo, que la mente se desvíe del rumbo de los objetivos que uno se había planteado y lo saquen de centro. A partir de ese momento, ese sentimiento que podía en un principio ser mínimo o despreciable, comienza a crecer hasta ocupar todos nuestros pensamientos, alterar nuestros ritmos biológicos, nuestro sueño, nuestra digestión, en suma dañar nuestro cuerpo de mil modos posibles.
¿Cuál es la función que cumplen las flores de Bach a esta altura?. Si tenemos en cuenta que el miedo es un sentimiento que la persona instala en su mente en un momento dado de su vida" debido a circunstancias externas que lo superan, podemos afirmar que no es algo que traigamos genéticamente, de modo que si pudiéramos volver a la esencia original, estaríamos libres de él. Poco a poco las flores van restableciendo la vibración normal energética que había sido alterada por ese hecho o circunstancia, liberándola, limpiando el campo energético de cualquier influencia externa que se pueda haber instalado en él. Esto significa que sin darnos cuenta, gradualmente va resurgiendo la paz interior a medida que reaparece la fuerza que había quedado "tapada" dentro del ser por este sentimiento de temor.
En primera instancia podríamos decir que esta es la función que cumplirían las cinco flores que pertenecen al grupo de Miedos, según lo diferenció el Dr. Bach (Mímulus para miedos concretos, Rock Rose para miedos paralizantes, pánicos, Aspen para presagios, miedos difíciles de explicar, Red Chestnut para el temor por los seres queridos y Cherry Plum para el miedo a perder la razón o el control sobre nuestros actos). Pero hay ciertas sutilezas en otros remedios pertenecientes a los demás grupos, que, según el tipo de temor confesado por el consultante, no están contempladas directamente dentro de los cinco remedios descriptos.
Es por esta razón que se hace tan importante poder reconocer claramente la emoción dominante cuando deseamos prescribir las flores de Bach. Por ejemplo, a una persona que en un momento determinado declara tener miedo a no poder cumplir con su tarea por el cansancio que viene acumulando durante los últimos tiempos debería tomar Elm.
Esta es la flor para la sensación de agobio provocado por el exceso de responsabilidades, pero el consultante puede describirlo como miedo que el terapeuta podría llegar a confundir con Mimulus por ser un miedo concreto. O bien alguien que manifiesta "miedo a fallar" es un miedo provocado por la baja autoestima de un Larch, así como el miedo a "equivocarse otra vez" tiene que ver con la incapacidad de aprender de la experiencia de un Chestnut Bud.
Con esto no estoy significando que debería ampliarse el grupo de los miedos que estableció el Dr. Bach, sino que el terapeuta debe aprender a ver más allá de las palabras que usa quien lo consulta y no quedarse con lo primero que capta. El prescribir flores es un arte que todos podemos aprender pero requiere de mucha atención, y sobre todo, como decía Bach, de comprensión y compasión. Es necesario comprender cuál es la causa que motivó la aparición del temor, y ayudar a la persona a liberarla sin que esta limpieza sea traumática, sino dejando que las flores actúen por sí mismas haciendo que el sentimiento negativo desaparezca y, en forma natural, la persona vuelva a ser ella misma.

"En esta era, el miedo a la enfermedad ha aumentado hasta convertirse en un gran poder de dañar, puesto que abre las puertas a las cosas que tememos, y así éstas llegan más fácilmente. Ese miedo es en realidad un interés egoísta, pues cuando realmente absortos en el bienestar de los demás no tenemos tiempo de sentir aprensión ante nuestras enfermedades personales. El materialismo se olvida de que hay un factor por encima del plano físico que en transcurso de la vida protege o expone a cualquier individuo ante la enfermedad, de cualquier naturaleza que sea. El miedo, con su efecto deprimente su nuestra mentalidad, que causa inarmonía en nuestros cuerpos físicos y magnéticos, prepara el camino a la invasión, y si las bacterias y las causas físicas fueran las que única e indudablemente provocaran la enfermedad, entonces desde luego, el miedo estaría justificado."
Edward Bach

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.

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