¿MITADES COSMICAS?
V Parte

Habíamos dejado a nuestros personajes listos para salir a la mar, mientras en el horizonte se gestaba una tormenta, que ninguno de los dos hubiese querido conscientemente.
- E inconscientemente ¿querían la tormenta?-te preguntarás querido lector.
Te puedo adelantar que el Sol, no quería, no sabía, ni entendía lo que iba a pasar.
Aquí corresponde una aclaración:
Como sabemos el Sr. Sol, es el centro del sistema solar, es muy fuerte, tiene mucho poder, irradia energía para todos, pero, pero: ¿Pero qué?.
Es que de Lunas no entendía mucho. En realidad, acá entre nosotros, es que no entendía nada& . Había tenido muchas Lunas como esposas, pero seguía sin entenderlas.
- ¿Y la Luna? -Te preguntarás- ¿Y la luna quería inconscientemente la tormenta?.
- Sí, ella la quería.
Pues si bien no sabía lo que quería, sabía que las cosas así no podían seguir. Había que cambiar algo. Si era necesario había que dejar todo patas para arriba. Y que mejor que una gran tormenta en el medio del mar para crear un movimiento en un barco que trata de flotar.
Y así el barco se hizo a la mar con nuestros personajes a bordo.
Durante los siguiente días el Sol disfrutaba de sí mismo, viendo como se reflejaba su luz en su Luna, mientras la luna, tomaba sol, de su Sol. Todo estaba en calma.
De pronto pareció que en el horizonte se hubiese escuchado un trueno, pero no, era la Luna que acababa de cerrar enojada el libro que estaba leyendo.
Es que un párrafo fue suficiente para cambiarle "la luna" a la Luna. El autor del libro era un tal "Lacan", un psicoanalista, que había escrito, respecto a las relaciones entre parejas que "no me des eso, que de eso no se trata", afirmando que el paciente siempre demanda. La demanda es ¿demanda de qué?, es demanda de amor, ¿el amor qué es?. No se sabe, cuando se sabe se desvirtúa, es difícil conceptuarlo. Cuando creemos tenerlo se nos escapa, como una nube que tratamos de atrapar.
Y mientras esta nube de amor se le escapaba a nuestra Luna, la gran nube, el gran Cúmulos Nimbus, seguía creciendo en el horizonte.
Fue entonces, que no se sabe porque discutieron por una tontería. Es que la Luna le había pedido al Sol algo, le había demandado algo, y el Sol había cometido la tontería de dárselo. La Luna lo recibió con desidia y el Sol le dijo enojado:
- ¿Qué te pasa?, no hay nada que te venga bien. Yo no te entiendo.
Y la Luna se puso a llorar.
Esa era la primer discusión de la pareja, y el Sol, que estaba en "rol" de director del sistema solar, se cansó de ser complaciente con su Luna, y la puso "en órbita" gritándole:
- Te comportás como una niña desagradecida, insatisfecha, y caprichosa. Y entonces, de aquí en más, y hasta que crezcas vas a hacer lo que yo te diga.
Como respuesta ella le ofreció su peor cara.
De este modo apareció la "Cara oculta de la Luna". Una cara que el Sol nunca había visto, y que nunca hubiese querido volver a ver.
De pronto, por un instante y solo por un instante, le pareció ver en esa cara, la cara de su anterior esposa. Instintivamente, con desagrado, movió su cabeza de un lado al otro, como tratando de quitarse la imagen, y se dijo para tranquilizarse.
- Es solo mi imaginación, -y se encaminó hacia la cabina de mando para continuar dirigiendo el sistema solar.
Dicen que no hay nada mejor que ocuparse de ordenar y dirigir lo de afuera, pues esto evita que tengamos que ocuparnos de nuestro interior.
Pero muchas veces lo que "dicen", no funciona como dicen.
O por lo menos no iba a funcionar en este caso. Es que el Sol, como los demás seres, estaba transitando el camino del crecimiento personal, y ese camino tiene sus leyes, y una de ellas dice:
"O aprendes y creces, o te harán repetir la lección".

Fin del Capítulo 5... Continúa leyendo el siguiente capítulo aquí.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.