INSTITUTO DEON

Hace mucho tiempo cuando yo era todavía más joven, ante algún problema, decíamos risueñamente: "Paren el mundo que me quiero bajar".
A pesar de eso el mundo siguió girando. Y muchos de los que seguimos en este planeta no pudimos, o mejor dicho no nos quisimos bajar.
¿Que pasó con el mundo mientras giraba?.
Pues que fue cambiando. Cambió también la cultura, y dentro de este contexto nuestro país también cambió. Esto nos trajo consecuencias negativas, nos dejó descolocados, desorientados.
Para recuperarnos, ¿No será necesario realizar otros cambios en nuestro hermoso país, con una intención diferente?.
No me refiero solamente a cambios en lo material, me refiero al cambio más difícil, a un cambio interior en nosotros. No formado por pequeñas variaciones, sino por un cambio tan grande, que implique en la práctica un renacer.
O sea un nuevo nacimiento, pero de la misma persona: Una nueva oportunidad de empezar.
Para hacerlo debemos querer aceptar el desafío de dejar morir muchas cosas. Así hizo la mariposa, dejó una forma de vida y renació en otra.
¿Pero por qué hay que hacer esto?.
Todos conocemos la frase: "Siga haciendo lo mismo y obtendrá lo mismo".
Esta frase era casi un dogma para nuestros abuelos. Ellos en su momento, con determinados comportamientos se habían labrado un próspero presente.
Ellos, en muchos casos, no querían cambios. Era suficiente que se siguieran haciendo las cosas como antes, para seguir cosechando lo mejor.
Pero, el mundo giró, quizás más de lo necesario.
Y ahora quedan solo dos posibilidades: o esperar a que cambie el mundo, o cambiar nosotros para poder interactuar con la nueva realidad.
Hay gente que afirma:
- Si lo que yo hago está bien, lo que está mal es lo que está afuera. Cuando cambie lo de afuera, cuando el mundo en su girar vuelva a ser como antes, yo volveré a estar bien. Por esto seguiré haciendo lo mismo. Yo no soy responsable de lo que sucede.
Para, otros, los que conscientemente quieren cambiar y no lo logran y siguen recolectando migajas, quizás el "Siga haciendo lo mismo y obtendrá lo mismo", ya no les sirva.
Pero si conscientemente todos queremos lo mejor, ¿de dónde surge que sigamos haciendo lo mismo, cuando el resultado nos perjudica?.
Surge de ciertas creencias, instaladas fuertemente en nuestro ser. Se encuentran en niveles de los cuales no somos siquiera concientes. Y nos hacen actuar de un modo que nos lleva lejos de los resultados y objetivos que queremos. De estas creencias es de lo que debemos desprendernos primero en este renacer. Estas creencias, deben morir. Necesitamos lugar para reconocer otras que nos permitan actuar con eficacia en este nuevo mundo.
Hay una carta en el mazo del Tarot que asusta a la gente: es un esqueleto con una guadaña y lo que hace es cortar cabezas. La gente queda impresionada por la imagen y no ve los símbolos: corta cabezas, no corazones. Corta cabezas, modos de pensar, que luego llevan a modos de actuar. También se observa en la carta manos y pies cortados. Corta modos de actuar, y de avanzar. Un Esqueleto, empuña con firmeza la guadaña. Un ser, que está más allá de este mundo. Y que nos ayuda en esta etapa previa al renacer.
El detectar y abandonar las creencias viejas, para hacer lugar a las nuevas será entonces el primer paso en este necesario renacimiento.
Esto implica estudiar y aceptar nuevos paradigmas. Luego podremos, con técnicas especiales, incorporarlos en nuestro ser, no solamente "conocerlos". Así surgirá una nueva visión, un nuevo plan de vida, y nuevas estrategias. Podremos reempezar de nuevo desde otro lugar interior lleno de vida nueva.
Y enfrentar a un futuro desafiante, alegremente desafiante.


Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.