¿MIEDO, REALIDAD, TERROR?
¿De qué parte de la Realidad estás informándote?

Hace poco el Dr. Mario Grondona, en un interesante artículo, utilizó como título una famosa frase de Montaigne que en el siglo XVI dijo: "El que teme sufrir, ya está sufriendo". Dice la psicología que según el comportamiento ante la realidad será visible nuestro grado de salud mental. Algunos no pueden aceptarla y entonces la modifican mentalmente. Se crean su propia realidad, viven en su mundo. Otros que no pueden manifestarse en el mundo de la realidad como quisieran, llegan a enfermarse. Otros aceptan la realidad tal cual es, y respecto a este punto se los considera sanos.
Existe en consecuencia un mundo exterior, el de la realidad objetiva, que es comparado con un mundo interior y de ese interactuar surge nuestra adaptación al mundo. Pero ¿cuál es la realidad de hoy?.
La respuesta debe ser dada en varios niveles:
Uno global, nos habla de un mundo de terrorismo por el cual la reacción normal que le produce a la gente es de "terror". Cumpliéndose de este modo el objetivo de los terroristas. Un nivel más cercano nos demuestra que hasta subir a un taxi se convierte en un acto imprudente, muchas veces peligroso. Esto genera miedo. Otro nivel, el del aquí y ahora, el de tu día de hoy, dependerá no solo de cómo se manifieste tu entorno cercano, sino de cómo interactúes con él. Este es el único lugar donde puedes vivir, y preparar tu futuro: el día de hoy.
Se ha realizado una comparación de nuestra mente consciente y de nuestra mente subconsciente, afirmando que nuestra mente consciente, es un hombrecito, con excelente visión, que no puede caminar. Este es llevado en andas por un gigante ciego de gran fuerza. De esta comparación surgen interesantes conclusiones, mencionaré sólo algunas:
1. El hombrecito es el que guía al gigante. Este por carecer de visión, acepta como verdadero todo lo que escucha, ya sea de parte del hombrecito, como directamente del entorno.
2. El hombrecito para trasladarse y actuar en la vida, depende de la voluntad de manifestarse del gigante.
Es fácil deducir que, en función a la interpretación que haga el hombrecito del mundo, de lo que le diga al gigante, y de lo que este último escuche del entorno, dependerá el funcionamiento del Equipo así formado.
El hombrecito lee los diarios, ve por televisión los noticiosos, escucha los informes de la radio. Luego comparte estos conocimientos de la realidad, los analiza, los discute con otras personas. Se mantiene informado. ¿Informado de qué?.
- De la realidad-, me dirán Uds.
- ¡NO!, sólo de una parte de la realidad. Recuerden que las buenas noticias no son noticias.
Aceptemos que el hombrecito podría "tomar distancia" de lo que lee, y podría afirmar seriamente:
- Esto a mí no me afecta, solo me estoy enterando de lo que está pasando.
Esto no es así para el Gigante, que escucha cada vez más asustado lo que sucede afuera. Y si esta parte de la realidad es lo único que escucha durante el día, no deberíamos sorprendernos de no percibir su entusiasmo, su energía que antes nos desbordaba. Esa que nos ha hecho volar de felicidad, cuando estuvimos enamorados. Ahora el gigante, está desanimado, sin voluntad.
- ¿Para qué seguir avanzando en un mundo así?- Se pregunta.
Esto le quita fuerzas, lo bloquea, finalmente se paraliza. Se sienta en el borde de la calzada a esperar que la vida pase.
Hace poco el presidente Bush, alertando a la prensa, hizo mención de los peligros de informar inadecuadamente, pues esto afecta a la noción de realidad de los norteamericanos.
La otra parte de la realidad, la que habla de vida, crecimiento, buenas obras, pensamientos positivos, también es información vital a la que el hombrecito debe recurrir diariamente. Esta no se encuentra en todos lados a su disposición como las noticias. Deberá buscarla conscientemente. De esta información también deberá nutrir a su gigante, para que sigan construyendo con voluntad el mejor mundo posible. Y si logran enamorarse de la vida, "tal cual es", la verdadera seguridad, la interior, los acompañará hacia un futuro mejor. De lo contrario "El que teme sufrir, ya está sufriendo".


Autor: Dr. Dino Ricardo Deon, Ph.D.