El Feng Shui y el Chi Ambiental

Hay algunos elementos que comparten todas las escuelas del Feng Shui. El más importante es el chi, que los chinos llaman "el aliento del dragón cósmico del Universo", pero que puede entenderse más fácilmente como energía o fuerza de la vida. Está en el aire, circulando constantemente a nuestro alrededor e influyendo en cada momento de nuestra vida, desde la prosperidad hasta el infortunio y la enfermedad. Como la electricidad, el chi es una fuerza invisible, aunque poderosa de nuestra vida diaria.
El objetivo de un buen Feng Shui es aprovechar esta fuerza vital para potenciar los efectos positivos que ofrece. Aumentando y enfocando el flujo chi, podemos dirigir nuestro destino en forma positiva.
Como fuerza natural, el chi se mueve más beneficiosamente entre curvas: prefiere las formas suaves que se dan en la naturaleza a los cantos agudos de los diseños fabricados por el hombre. Cuando fluye por una vía curva, el chi viaja a ritmo pausado, otorgando su poderosa fuerza y sus bendiciones. Las líneas rectas y los cantos agudos hacen que se mueva más deprisa, lo que provoca la aparición de "flechas venenosas" que tienen efectos dañinos. Las estructuras fabricadas por el hombre que modifiquen el entorno (carreteras, túneles, urbanizaciones, etc.) pueden afectar negativamente su movimiento, dando lugar al mal chi, que se conoce con el nombre de "sha".
Imagínese el buen chi como el viento que sopla suavemente a través de los árboles y crea refrescante aire limpio y saludable. Y ahora, imagínese el viento soplando por un espacio urbano, a lo largo de un bloque de rascacielos, que lo deja sin aliento cuando pasa por su lado.
Así verá la diferencia entre el flujo positivo del chi y el sha.
Desgraciadamente, el chi negativo es bastante común en las casas y espacios de trabajo. Los largos corredores estrechos pueden provocar sha, lo que acarrea toda suerte de problemas en los negocios, la salud o las relaciones. Los cantos agudos, creados por muebles archivadores, despachos y columnas cuadradas, hacen que fluyan flechas venenosas.
Esto puede provocar dolores de cabeza o espalda, y otras enfermedades físicas o psicológicas en las personas que se hallan en esas casas u oficinas. También las obstrucciones físicas que bloquean el paso del chi pueden provocar problemas debido a su estancamiento. Cuando los muebles impiden el movimiento libre por la habitación o cuando un árbol bloquea el fácil acceso a un edificio, se interrumpe el flujo del chi. Esto puede provocarse también por el desorden cotidiano: montones de papeles, archivos, cajas, etc. El chi estancado se desconecta de todos los beneficios positivos de la energía que fluye libremente y puede provocar problemas en la salud o en las relaciones. El chi estancado, especialmente en un entorno de trabajo, puede interferir en la creatividad, la atención y la concentración.
Si hay un área en la que el chi estancado parece ser un problema crónico, añade algo de esta lista de elementos que atraen fácilmente el chi:
- Luz
- Agua (especialmente en movimiento, como acuarios o fuentes)
- Seres vivos (peces, mascotas, pájaros)
- Plantas y flores
- Reflejos (espejo)
- Movimiento (ventiladores, móviles de campanillas)
- Colores vivos
- Cristales
- Bonitas piezas de arte

Cualquier objeto que capte su atención en forma agradable atraerá chi positivo.
Pero así como cualquier buena cosa en cantidades exageradas puede ser una plaga para nuestra vida, demasiado chi puede provocar problemas. Si por ejemplo tiene dificultades para concentrarse, compruebe que en su área de trabajo no haya muchos signos de chi. Por ejemplo luz clara es útil para mantener el buen chi de una habitación. Pero la sobre exposición o la luz dura (una situación típica en muchos lugares de trabajo) pueden hacerlo demasiado intenso y hacer que resulte abrumador y estresante.



Autora: Beatriz Yaconis.