LOS MITOS DEL ESTRÉS
BUSCANDO LA ARMONÍA

¿Podremos vivir sanamente en un mundo en el cual
los factores de estrés continúan aumentando,
o deberemos alejarnos para sobrevivir?

Muchos no podríamos definir el estrés en una persona, pero fácilmente lo reconocemos en el otro, y más aún en nosotros mismos. Sus efectos son devastantes: fatiga, pérdida de la memoria, irritación, depresión, impotencia, y podríamos seguir con una larga lista de efectos.
Muchos no podríamos definir la armonía en una persona, pero fácilmente ese rostro luminoso, esa sonrisa plácida y esos ojos profundos, nos harían sentir en paz. La armonía del otro se ve, pero más aún se siente de inmediato.

¿Será factible pasar de un mundo de estrés a uno de armonía?.
Creemos que sería hermoso vivir en un mundo mucho mejor al actual con menos factores de estrés, y para eso trabajamos diariamente con amor y empeño, pero también creemos que es factible vivir en este mundo tal cual está hoy "lleno de estrés".
Si logramos vivir en este mundo, "tal cual es", y aún así podemos mantener un estado de armonía, podremos en un futuro, crear mejores condiciones en nuestro planeta, para ese "otro mundo" soñado.

La clave para vivir en este mundo "tal cual es" está en la mente. Desde este "lugar" podremos pasar del Estrés a la Armonía. Ya hace miles de años el Raja Yoga trabajaba con determinadas técnicas para ingresar a niveles mentales especiales, no accesibles para la mente racional. En el siglo pasado comenzaron a divulgarse versiones modernas aplicables a las personas con mentalidad occidental, como ser la Meditación Trascendental, y el control mental. De estas técnicas sobresalió el Método Silva por su practicidad y eficacia. En el nuevo siglo, la Expansión Mental con sus técnicas nos puede dar en pocas horas un entrenamiento moderno para iniciar el proceso de transición del Estrés a la Armonía. Pero antes deberemos destruir algunos mitos respecto al estrés.

1. El mito de que los cambios son más rápidos que la capacidad de adaptación.
El hombre siempre estuvo sometido al estrés. Éste le ha permitido ir evolucionando durante miles de años. Pero en la sociedad actual donde el cambio es lo permanente, y lo imprevisto es lo previsible, este hombre se encuentra superado. Ya no está en grado de reaccionar adecuadamente a los continuos estímulos que le exigen "cambiar y adaptarse".
Si además este hombre desea "progresar", y "esforzarse" por llegar (quién sabe a dónde), la presión de estrés que colocará a su caldera, podrá hacerla saltar en pedazos en poco tiempo (y no es una metáfora).
Ya no se trata del artesano realizado que disfrutaba su arte, ahora estamos hablando del ejecutivo, o del empleado exigido y acorralado. Además la revolución tecnológica es permanente y la falta de actualización nos mantiene al borde del analfabetismo intelectual. La delgada línea divisoria que nos separa de ser una "persona capacitada", a parecer un "ser obsoleto", se mueve imprevistamente, obligándonos a seguirla a los saltos. Y a los saltos vivimos.
Presentado de ese modo, es fácil aceptar el mito de que el hombre ya no puede hacer frente a tantos cambios. El ser humano queda relegado a la posición de víctima desde la cual no tiene ningún control de la situación.
La verdad, es que este mundo seguirá produciendo factores de estrés y cada vez de mayor intensidad. La realidad es que esto es un desafío y el hombre está perfectamente capacitado para superarlo. Tenemos un enorme potencial mental sin usar, pues utilizamos solamente un pequeño porcentaje de nuestra mente. El mundo actual nos desafía a utilizar más de ella, como nos desafió hace miles de años cuando usábamos aún mucho menos de nuestras capacidades. Las técnicas de expansión mental nos permitirán comenzar a utilizar más de nuestra mente, incrementando nuestro potencial de respuesta y adaptación al estrés.
Por esto destruido el mito de "que los cambios son más rápidos que la capacidad de adaptación", busquemos en vez de ponernos en víctimas de un mundo cambiante, ponernos en actores del cambio positivo.

2. El mito del "entorno calmo".
Se sabe que el estrés es uno de los grandes males del siglo XXI, y lo ha sido también de finales del siglo XX. Como hemos visto en el mito anterior, se presenta al hombre como enfrentado a un mundo que lo daña irremediablemente. Por esto y a los efectos de protegerlo del estrés, se le ha aconsejado a muchas personas que realicen cambios de profesión y que se alejen de las ciudades. Se los orienta así para que busquen un entorno calmo, un lugar de paz, sin factores estresantes, donde pueda vivir en armonía con la naturaleza.
En realidad para las personas que ya se hayan afectadas por el estrés, no existe aquello que se pueda definir como "entorno calmo". Veamos dos ejemplos:
a) La isla paradisíaca. El sueño de muchas personas estresadas es irse a vivir a una isla paradisíaca. Luego de las últimas experiencias mundiales, creo que nadie ya puede afirmar, que ésta puede ser una solución a largo plazo. Imaginemos una persona víctima del estrés, mudándose a esta isla paradisíaca. Luego de pasar una maravillosa semana de idilio con la isla, comenzará a mirar el horizonte para verificar que no se esté acercando un Tsunami. La eventual ola gigantesca no lo dejará dormir. También comenzará a controlar por radio y televisión la posibilidad de un huracán que con su enorme poder destruya en minutos lo que él tardaría años en crear. Creación que a esa fecha todavía existe sólo en su imaginación. Junto a este hombre el estrés ha llegado a la isla.
b) Cambiar de profesión o actividad. Recluirse en "la actividad tranquila" sin factores de estrés. En general una persona que sufre estrés, ya no puede recluirse en una "actividad tranquila". El gran empresario que deja los grandes factores de estrés e instala un pequeño negocio de periódicos en un pequeño e inofensivo pueblito, se encuentra a los pocos meses gravemente preocupado y estresado por temas tan intrascendentes que antes lo hubiesen hecho reír. La causa se debe a que la persona estresada logra hacer crecer sus problemas hasta que hacer sonar la alarma del estrés. Por esto destruyamos entonces el mito del "entorno calmo" y en vez de buscar problemas cada vez menores, aprendamos a achicar los problemas que tenemos hoy. A tal fin las visualizaciones realizadas con técnicas de expansión mental nos permitirá dar la justa dimensión a los factores de estrés, y a las situaciones de la vida.
En vez de escondernos de la vida, busquemos abrazarla con alegría para aprender a interactuar con ella.

3. El mito de solucionar "atacando" los efectos.
Hemos visto en el punto anterior que, para evitar el estrés, se propone un alejarse de la vida, buscando "un entorno calmo", pero no todos abandonan el barco. Para estos, para los que eligen quedarse, o para los que no pueden escapar, se han inventado infinidad de paliativos para atacar, ya no las causas, sino los efectos del estrés.
A tal fin se han buscado soluciones tanto desde el campo psicológico, como desde el médico. Se trabaja desde la palabra, la pastilla o el bisturí. Estos métodos para compensar, paliar, tapar, o neutralizar los efectos devastadores del estrés, han desvelado a científicos y enriquecido a muchas empresas, a veces con una simple pastilla, a título de ejemplo el "Viagra". En suma han logrado importantes éxitos, pero no eliminan la causa.
Terminemos con el mito de la "solución atacando los efectos". Dejemos de mirar afuera los efectos, y comencemos a mirar dentro de nosotros. Con trabajos de expansión mental, podremos acceder a nuestro interior, y comenzar a explorar este territorio ignoto. Es sobre esto que debemos y podemos trabajar para el cambio.
En vez de actuar sobre los efectos, miremos la causa: nosotros mismos.

4. El mito de la espera.
Este mito afirma que si el mundo continúa incrementando los factores de estrés y nosotros no podemos hacer nada para evitarlo, entonces esperemos que algo maravilloso suceda para que finalice este calvario del estrés. Si adhiero a este mito no necesito cambiar nada en mí, se trata entonces de simplemente esperar.
Muchos están esperanzados con la Era de Acuario. Una vez que esta Era se instale definitivamente, la humanidad se volverá más buena, la maldad irá desapareciendo, las guerras no existirán, todos nos volveremos más espirituales, y la cooperación, la solidaridad y la armonía serán los valores vigentes. Iremos hacia un mundo de paz y amor universal, no habrá entonces causas para estar nerviosos o alterados: el estrés desaparecerá de la faz de la tierra.
Si la buena noticia es que hemos entrado en la Era de Acuario, que nadie se ilusione, pues la mala noticia, es que estos cambios no sucederán dentro de las próximas 48 horas, ni dentro de los próximos 48 años. El estrés seguirá existiendo, lo mismo que las guerras y las personas malvadas, excepto que algo cambie en cada uno de nosotros.
Otra versión del mito de la espera, es la de los Platos Voladores. No estoy emitiendo una opinión sobre la existencia o no de ellos, sino de una simple realidad: no esperemos que los Platos Voladores nos salven de este mundo de tinieblas y estrés, llevándonos a un mundo maravilloso lleno de luz, paz y armonía. Los seres evolucionados, no se dedican simplemente a salvar a los otros, permiten que cada uno haga su esfuerzo personal para salvarse.
El mito de la espera, es sólo eso un mito. La realidad es que hemos venido a este planeta, para enfrentar la vida, y crecer ante los estímulos que nos plantea. Las herramientas de expansión mental, nos guiarán hacia el mundo interior. La era de Acuario está dentro nuestro lista para manifestarse, los seres superiores que vienen a salvarnos, están dentro nuestro también, quizás fragmentados esperando que los unamos con un propósito. Por esto en vez de esperar que algo cambie afuera, comencemos a cambiar adentro.

5. El mito de la acumulación indefectible de estrés.
Es sabido que una persona sometida a niveles de estrés elevados y sostenidos en el tiempo (una tensión excesiva), puede entrar en una faz de agotamiento. Para recuperarse, la naturaleza humana utiliza el sueño y el reposo. De este modo el cuerpo reestablece las condiciones optimas de armonía. Pero con el paso de los años y del estrés, nuestro cuerpo ya no logra recuperarse totalmente, por esto se va acumulando el estrés en el organismo. El total reestablecimiento se vuelve imposible.
A fin de medir esta acumulación de estrés se han diseñado tablas que relacionan eventos importantes de nuestra vida como pueden ser el matrimonio, el divorcio, el despido, etc. Estas tablas poseen un puntaje para cada una de estas actividades estresante y los autores advierten que cuando la suma de eventos supera cierto tope de puntos corremos graves peligros en nuestra salud. Indican además que de proseguir "acumulando puntos" de estrés en forma suficientemente fuerte y prolongada, la muerte puede ser el desenlace final.
Este mito de "la acumulación del estrés" ignora, que si bien nuestra naturaleza animal utiliza el sueño y el reposo para recuperar una parte de la armonía, nuestra naturaleza superior cuenta con la meditación y relajación, como elemento indispensable y diario para completar la limpieza del estrés. Esto se conoce como "el factor de limpieza".
Por esto destruyamos el mito de la acumulación de estrés, y en vez de sumar puntos para verificar cuánto estrés hemos acumulado en años, concentrémonos en limpiarnos el estrés de cada día. Es suficiente utilizar dos veces por día las técnicas de expansión mental, para que "el factor de limpieza", complete la tarea que el sueño y el reposo ya no logran realizar.

6. El mito del umbral fijo para cada persona.
Los estímulos positivos, los que podríamos llamar el buen estrés, son indispensables para la vida. El interactuar con el mundo y con los otros nos mantiene "vivos", activos. Estos estímulos son buenos hasta cierto nivel, que depende de la estructura específica de cada persona. Cuando estos estímulos alcanzan cierto umbral, la persona rinde y disfruta al máximo. Cuando estos están por debajo de ese umbral la persona está subestimulada. Cuando está por encima de ese umbral la persona queda a merced del estrés "malo". Este le exige al cuerpo una capacidad de respuesta que no puede dar.
Este mito basado en una supuesta "estructura caracterológica", nos "etiqueta" y condena a vivir dentro de un umbral determinado.
El error de este mito es creer que el hombre viene dado, con patrones prefijados "de un umbral" inamovible, sin considerar que es un ser en permanente evolución. Que siempre, si lo desea, y trabaja para ello, puede superar sus límites personales. El hombre tiene enormes capacidades que desconoce y que raramente se ve obligado a utilizar.
Destruido el mito aparece el desafío de capacitarnos para movernos en umbrales más altos en total armonía, utilizando las técnicas de expansión mental. Por esto en vez de preocuparnos por quedarnos dentro del umbral del estrés, debemos enfocarnos en subir de nivel.

7. El mito de la respuesta estereotipada.
Este mito afirma que existe un encadenamiento irreversible entre el estímulo y la respuesta del organismo humano, se lo conoce como respuesta estereotipada, una respuesta que tiene un tipo prefijado de reacción, sin posibilidad de cambio. De este modo la mente está imposibilitada de decidir, se limita a actuar. Muchas de estas respuestas estereotipadas, están creadas por encadenamientos que, se afirma, provienen de nuestra naturaleza, si bien otros encadenamientos provienen de nuestra cultura, o de vivencias personales.
Podemos saber con precisión que, ante cierto estímulo, es incorrecto producir determinada descarga de adrenalina, pero lo seguimos haciendo. Reaccionamos así como autómatas: ante tal estímulo tal respuesta. La llave para interrumpir este encadenamiento de estímulo-respuesta está más allá de la mente consciente.
El mito afirma que esta respuesta es inmodificable. Las técnicas de expansión mental, permiten acceder a los niveles mentales donde es factible producir el cambio.
Por esto debemos destruir el mito de la respuesta estereotipada. Así en vez de responder como autómatas ante los estímulos, seremos dueños y responsables de nuestros actos.

Hemos enunciado los mitos del estrés, y cómo avanzar hacia la armonía en "este mundo tal cual es", utilizando las técnicas de Expansión mental.
Tu mente es profunda como el agua del mar. La superficie puede moverse pero en la profundidad del mar está la paz. Las técnicas de expansión mental podrán guiarte durante tu inmersión en este maravilloso mundo.
Pero ten cuidado en quedarte en un nivel teórico, pues mil libros no te mojarán lo necesario para tener la experiencia del agua. Por esto lo único que puede hacer desde este artículo, es inducirte a nadar.
Comienza a expandir tu mente, entra en tu mar interior, ahí está la Armonía, esperándote.


Autora: Dr. Dino Ricardo Deon.