Los animales como auxiliares terapéuticos

Incursionando en el ámbito de las nuevas metodologías terapéuticas se encuentra tomando auge una modalidad que particularmente nos parece maravillosa: el empleo de animales como estímulos auxiliares dentro de una terapia o para ayudar a personas con capacidades diferentes. Usualmente denominada zooterapia, incluye a perros, gatos, caballos y delfines.
Algunos de los beneficios principales que brindan estos animales son: proporcionar un modelo de comunicación diferente al establecido con las personas (el cual pudo haber sido conflictivo y producir el desarrollo de una patología), colaborar con el ejercicio físico y con la actividad lúdica; reforzar la autoestima (el amor incondicional, la falta de juicios de valor, el compañerismo, los cuidados y confianza mutua, etc. posibilitan un buen desarrollo de la estima por uno mismo); permitir el contacto emocional y las caricias que en muchos casos pueden encontrarse ausentes en su vida social; disminuir la ansiedad, relajarse y superar el stress.
Para las personas con capacidades diferentes o especiales podemos encontrar perros entrenados capaces de tirar de la silla de ruedas, colaborar con los movimientos que necesite realizar el dueño, orientar espacialmente a quienes carecen de visión, abrir puertas, recoger objetos, encender o apagar luces, reconocer cierto tipo de sonidos y avisar sobre ellos (teléfono, timbre de la puerta, despertador, alarma de incendio), etc.
El Doctor Dr.Boris M. Levinson en su libro "Psicoterapia infantil asistida con animales" nos relata las experiencias vividas junto a su perro y a pacientes con severos problemas de comunicación, demostrando a través de casos reales cómo la inclusión de un animal dentro del campo terapéutico permite establecer de manera alternativa una comunicación entre el terapeuta y el paciente, que no pudo establecerse con anterioridad utilizando la modalidad tradicional.
Por lo enunciado, se recomienda la terapia o auxilio de animales en casos de:
- Retraso mental.
- Trastornos en el desarrollo.
- Síndrome de Down.
- Autismo.
- Introversión o timidez severa.
- Incapacidad motora (ej.: parálisis).
- Ceguera.
- Sordera.
- Cáncer.
- Víctimas de ataques a la integridad psíquica y física.
- Trastornos de la alimentación (anorexia, bulimia).
- Enfermedades degenerativas. Esclerosis múltiple.
- Epilepsia.
- Conductas antisociales y violentas.
- Depresión.
Y para concluir este artículo, como es usual en nosotros, deseamos mencionar un caso real que resume esta nueva terapia. En Estados Unidos, más precisamente en Washington en la ciudad de Richland, una mujer epiléptica de 45 años llamada Leana Basley salvó su vida gracias a la intervención de su perra rottweiler adiestrada llamada Faith (fe en inglés). Un ataque de epilepsia produce que Leana caiga de su silla, su perra se acerca entonces al teléfono, marca con su hocico 911 (el número de emergencias en Estados Unidos) y comienza a ladrar sin detenerse hasta que del otro lado, el grupo de emergencias, decide ir hasta el domicilio para ver qué es lo que se encontraba sucediendo. Una vez hospitalizada los médicos descubrieron que el hígado de Leana no estaba respondiendo correctamente a los tratamientos farmacéuticos.
Faith fue adiestrada para reconocer los cambios en el olor del cuerpo de Leana que permiten advertir cuándo se va a producir un ataque de epilepsia y por supuesto adiestrada también para marcar el 911. Ese día había sentido que algo estaba por suceder y permaneció alerta, cerca de su dueña, tratando de tocarla y manteniéndose a su lado.


Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.