¿Es la "Ciencia" la única manera de convertir el "conocimiento esotérico" en "conocimiento exotérico"?

Hace pocos días se publicó en un matutino de amplia difusión un estudio realizado por la UNIVERSIDAD DE WISCONSIN, ESTADOS UNIDOS. Este estudio comprueba que los pesimistas tienen peor salud que los optimistas. La investigación se hizo a través de electroencefalogramas. Detectaron que la actividad en las zonas del cerebro relacionadas con emociones negativas afecta el sistema inmunológico. Agrega el artículo que este nuevo estudio representa "algunas de las mejores pruebas que vimos hasta el momento".
Esto implicaría un importante dato a divulgar a todo el público exotérico, pues hasta ahora para muchos de ellos, ser un pesimista, era algo saludable. Se afirmaba seriamente que un "pesimista" era un "optimista" bien informado. Como corolario al optimista se lo veía como sospechoso, no era totalmente confiable. Su optimismo podía arrancarlos de la realidad y llevarlos hacia la perdición.
Este nuevo descubrimiento formará ahora parte del "conocimiento exotérico". Este tipo de saber que tiene las características de manifestarse por escrito, en lenguaje popular, y cuyo destinatario es la sociedad toda. Un saber que se destaca por la accesibilidad y aprobación general. Pero no se limita a esto, éste saber exotérico también comprende el del lenguaje filosófico y técnico, mejor fundamentado que el anterior pero no más secreto.
Este conocimiento exotérico es aquel que puede ser "medible" por los sofisticados instrumentos que el hombre ha creado. Instrumentos que gracias a su asombroso desarrollo nos han permitido ingresar en la época de los grandes "descubrimientos" de las Neurociencias.
Observemos que el término "descubrir" hace referencia a algo que estaba previamente "cubierto", "oculto", "escondido". Y así a "escondidas" llegamos a las palabras que definen al conocimiento esotérico. El diccionario lo expresa como "... lo oculto o secreto".
Existen de este modo dos conocimientos, uno accesible a todos: "el exotérico" y el otro oculto: "el esotérico".
Si pudiésemos imaginar dos habitaciones que los contuvieran por separado, al "esotérico" lo imaginaríamos oculto, colocado en la oscura habitación del esoterismo, y al otro saber, el del conocimiento científico, colocado en la iluminada habitación del exoterismo.
Si, como sabemos, el criterio base de lo científico, es lo medible, lo observable. ¿Sería entonces la ciencia la encargada de entrar a través de sus hombres en la habitación esotérica, para que con su luz, y sus sofisticados aparatos de medición, iluminen determinados objetos, ocultos hasta ese día?.
¿Serían ellos los "descubridores", los encargados de transportarlos a la otra habitación, a la del conocimiento exotérico, para que la gente pueda observarlos e incorporarlos a su vida?.
Antes de dar una rápida respuesta afirmativa, escuchemos lo que informan grandes hombres del siglo XX.
Heisemberg, uno de los fundadores de la mecánica cuántica, destruyó la idea de que había un universo allí fuera, observable en forma objetiva por el observador. Demostró que el observador interviene "afectando" o "modificando" con su presencia lo que "observa". Destruyó así el "principio de objetividad", el de la física Newtoniana. De este modo ya no se podía confiar en una "realidad objetiva", accesible a todos. Creó así el "principio de incertidumbre".
Por otra parte Bachelard, agregó a esta incertidumbre el obstáculo epistemológico que afirma: "frente a lo real, lo que cree saberse claramente ofusca lo que debiera saberse". Así, un observador "que cree saber", afectará con su saber "el experimento" modificando los resultados.
La ciencia se encontró entonces con una gran incógnita: ¿Cómo podremos medir ahora algo que da resultados diferentes según quién lo mire?. ¿No le parece ésto, querido lector, similar a una antigua máxima que dice "todo depende del color del cristal con el cual se mira"?.
A su vez el premio Nobel de Física, Pauli, creía en una comprensión unitaria del mundo, una unidad en la que estuviese incorporada la tensión de los opuestos. Una unidad que aún no es alcanzable por la ciencia, pues como Heisenberg, advertía "...el contenido filosófico de una ciencia sólo queda garantizado cuando ésta es conciente de sus límites", y sus límites ya no se encuentran en los instrumentos de medición, sino en aquel que "mira" los instrumentos.
Muchos científicos tienen clara conciencia de estas limitaciones de "su saber". Otros, por el contrario, se niegan a aceptar que su conocimiento es fragmentado, parcial, incompleto. De este modo inducen a las personas para que acepten únicamente el conocimiento científico, el exotérico. Pretendiendo crear una totalidad, una "gran imagen" del universo, con pocas partes del gran rompecabezas.
Me he preguntado muchas veces qué pasaría con las personas que creen únicamente en el "conocimiento científico" si les fuese cambiado el "contexto" en el cual actúan. ¿Cómo se comportarían si fuesen enviados, en un viaje a través del tiempo, 300 años hacia atrás?. ¿Mandarían de nuevo a la habitación esotérica todo lo que la ciencia ha transportado a la habitación exotérica en dicho lapso, o buscarían transmitir el conocimiento que poseen?. Un conocimiento que para los habitantes del año 1700, sería conocimiento esotérico, o incluso simple locura. ¿Cómo definiría un hombre de esa época, las visiones de aviones, de hombres en la Luna, o cómo explicarle la computadora y la "Internet", o algo tan simple como "la televisión"?.
Dejemos a nuestro hombre tratando de explicar esto, y volvamos al estudio de la UNIVERSIDAD DE WISCONSIN, ESTADOS UNIDOS, ¿Qué "descubrió" este estudio?.
Descubrió que la mente puede afectar a la biología. Que la gente que tiene depresión corre mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y otras, y que la gente con estrés es más susceptible a los resfríos y la gripe.
También descubrió, en otras investigaciones, que las mujeres que se ven obligadas a cuidar pacientes con Mal de Alzheimer tardan más tiempo para curar sus heridas que las que no están igualmente estresadas y que la activación de zonas del cerebro relacionadas con emociones negativas parece debilitar la respuesta inmunológica de la gente a las vacunas para la gripe.
Asegura el doctor Davidson, director del Laboratorio de Neurociencias Afectivas, que: "El cerebro cuenta con la capacidad como para regular la fisiología periférica y la regula en formas que pueden llegar a tener consecuencias para la salud" -y concluye afirmando- "Se trata de la primera vez que el cerebro aparece en escena. De este modo la ciencia ha descubierto la relación de las emociones negativas, y las respuestas inmunológicas".
¿Era necesario tantos estudios científicos para trasladar el conocimiento de una habitación a la otra?. Hace muchos años que se realiza un ejercicio en el cual una persona se sienta en una silla, y cierra los ojos colocándose en un estado receptivo. En ese estado otra persona le dice, en un tono fuerte e imperativo, simplemente diez veces seguidas "NO". ¿Cuál es la consecuencia de estos "NO"?. Pues que la persona sentada se sentirá primero afectada emocionalmente y luego físicamente, al nivel de experimentar una fuerte opresión en el pecho que puede incluso dificultarle la respiración, además de sensaciones de frío y malestares diversos.
Para solucionar el daño causado es suficiente repetir el ejercicio afirmando "SI", en un tono dulce, diez veces seguidas.
Una vez "padecido" el ejercicio cualquier persona sabe el poder de la "palabra" y de las emociones sobre el cuerpo físico.
Este es el enorme poder de "la palabra", todavía guardado en la habitación esotérica. La Biblia dice que al comienzo sólo fue "el verbo", la palabra como creación.
Para aquellos que crean sólo en el conocimiento científico, tendrán que esperar que algún científico construya un aparato que verifique esto. Así podrá trasladar "el poder de la palabra", hasta hoy "oculto" en la habitación esotérica, a su mundo "exotérico".
Para los otros, los que quieran aprehender ese conocimiento ahora, les será suficiente sentarse en la silla y cerrar los ojos.
¿Tendremos que esperar a que la ciencia continúe iluminando la habitación del esoterismo para trasladar de a poco, y con mucho esfuerzo, el conocimiento a la habitación exotérica, o podremos, utilizando otras luces, ayudarla en su difícil tarea?.
Dice la Biblia "no hay nada nuevo bajo el Sol".


Autor: Dr. Dino Ricardo Deon, Ph.D.