LOS ALQUIMICOS

ARMONIZACIÓN DE LUGARES
El universo y todo aquello que lo compone, está vibrando en forma continua. Las personas, los animales, los vegetales vibran. Hasta los lugares vibran, esto es emiten cierta energía.
Cuando un lugar emite una vibración elevada, se dice que es un lugar positivo, luminoso o energizante. Al contrario cuando un lugar emite una energía baja o nula, decimos que es un lugar negativo, oscuro o deprimente. Con el uso de un péndulo es factible determinar la energía vibratoria de un lugar. Esto también lo puede determinar cualquier persona que se conecte con su parte intuitiva. Se percibe por la diferencia existente entre la energía que la persona posee y la energía del lugar. Así como percibimos lo frío y lo caliente por comparación con la temperatura de nuestro cuerpo.
En consecuencia, cuando una persona con determinado nivel energético ingresa a un lugar, lo percibirá como positivo o negativo en la medida que éste tenga una vibración mayor o menor a la suya. Quizá no pueda explicar el porqué de ésta percepción debido a que quiera razonar aquello que no debe ser razonado, sino intuído.
Cuando la persona permanece cierto tiempo en ese lugar, su energía tenderá a equilibrarse con el ambiente, a tomar su mismo nivel de energía. Si el lugar es positivo, la energía del mismo elevará la energía de la persona. Por el contrario, si la persona permanece un lapso prolongado en un ambiente de baja vibración, irá bajando su nivel energético hasta equilibrarse con el del lugar. Sufrirá en consecuencia una pérdida energética proporcional a la baja que se producirá en su nivel vibracional. De esto se desprende que cualquiera sea el nivel de energía que tenga la persona en un momento dado, es benéfico que se encuentre en un ambiente cuya energía sea superior a la que ella posee.
El interrogante es pues, cómo acceder a éstos lugares.
Hay lugares que naturalmente tienen una elevada tasa vibracional: un bosque de pinos, la cercanía del mar, lugares con atmósfera diáfana, y en especial los santuarios. Otros lugares necesitan de un acondicionamiento para convertirse en lugares positivos, luminosos, alegres . Un modo muy efectivo de lograr tal fin es a través de los alquímicos. Estos trabajan en tres etapas: En la primera eliminan del lugar las cargas negativas que se hubiesen instalado. Esto equivaldría a la limpieza del lugar.
En una segunda etapa, elevan la vibración del lugar: esto es, lo energizan. En una tercera etapa, abren un canal hacia algo superior. Nos comunica con aquello en lo que creemos: Dios, Poder Cósmico, Ser Superior o como lo queramos llamar.
Se dice que en las dos primeras etapas, los alquímicos actúan en forma horizontal, o sea que trabajan en el plano físico y energético. Y que en la tercera etapa, actúan en sentido vertical, o sea hacia lo espiritual, hacia lo Superior. Al trabajar conjuntamente en dos líneas: una en el plano horizontal otra en el plano vertical, se puede decir que estas líneas forman una cruz. De ahí el simbolismo tan preciado por los cristianos. Los elementos alquímicos utilizados para éstas etapas, son:
Para la primera, o sea para la limpieza: los llamados "carboncitos".
Para la segunda, para energizar el lugar: los Inciensos.
Para la tercera, o sea para abrir un canal de luz: los cirios.

ARMONIZACIÓN DE PERSONAS
Habíamos dicho en la primera parte, que el universo y todo aquello que lo compone, está vibrando en forma continua. Nosotros también vibramos. Nacemos con una frecuencia básica vibratoria. Esta nos va a acompañar toda la vida. Definiendo un rango vibratorio dentro del cual podemos movernos. No podemos bajar de cierto mínimo, no podemos pasar de cierto máximo. Cuando estamos cerca de nuestro mínimo decimos que estamos cansados, deprimidos, bajoneados. Cuando nos acercamos a nuestro nivel correcto, estamos radiantes, llenos de energía, en paz, felices. Es como si tocáramos el cielo con las manos. Este es el nivel que se conoce como estado de armonía.
Siendo tan distintos los efectos que nos producen uno u otro de los estados vibratorios es tan importante conocer las causas que los producen como saber que hacer para recuperar el estado de armonía. Es sabido que los lugares, las personas y nuestros propios pensamientos, entre otros afectan favorablemente o no nuestro nivel de vibración. Ya hemos visto respecto a los lugares que la permanencia en algunos favorece el aumento de vibraciones y que la permanencia en otros produce una pérdida. En otros artículos veremos porqué la proximidad de ciertas personas, o el mantener ciertos pensamientos en nuestra mente producen estos cambios.
El tema de hoy es como recuperar nuestro estado de armonía cuando algo nos afecta. Como recuperar la paz, la energía, la felicidad.
Ya no se trata aquí de preparar un lugar, para que este nos produzca efectos benéficos. Se trata de recuperar nuestra armonía y para esto lo ideal no es trabajar de afuera hacia adentro sino de adentro hacia afuera. Para tal fin se utilizan los alquímicos. Estos en forma de cirios e inciensos específicos nos ayudarán en nuestro propósito de recuperar rápidamente nuestra armonía. La armonía de nuestro cuerpo energético.
Los alquímicos trabajan en dos etapas. En la primera producen una limpieza. Librándonos de toda aquella suciedad energética que nos impide emitir luz y nos hace grises a los ojos de los demás y a los nuestros. En la segunda armonizan nuestras vibraciones para reencontrar de este modo nuestro centro de paz y amor.
Estos alquímicos los usaremos en un lugar tranquilo, libre de ruidos e intromisiones. Acerca de la compra de los alquímicos recomendamos realizarla en alguna acreditada Santería. Debiéndose solicitar cirios e incienso especiales para armonización personal.

ARMONÍA CUERPO ESPÍRITU
EJERCICIO A REALIZAR

1- Ubicarse en el ambiente que se considere más confortable de la casa.
2- Encender, con un fósforo de madera, el carbón sobre un incensario o elemento que pueda cumplir tal finalidad. Apague el mismo agitando su mano, no lo sople. Una vez que se haya disipado el humo, coloque una porción del Incienso sobre el carbón así encendido. 3- Encender el cirio sobre un platito blanco. Rezar un Padre Nuestro u otra oración de acuerdo a sus creencias religiosas.
4- Sentarse, en un lugar cómodo, a una distancia no mayor de un metro del incensario.
5- Cerrar los ojos, relajarse, entrar a un nivel de meditación y luego pedir a aquel ser superior en el que Ud. crea por la armonía de su cuerpo y espíritu. También puede invocar a su sabio interno, o a lo mejor de si mismo.
6- Visualizarse en perfecto estado de salud, con mucha energía y en paz, haciendo las tareas con agrado. Uno debe verse con una sonrisa muy amplia en el rostro y con mucha felicidad.
7- Agradecer por la ayuda recibida y por haber conseguido lo solicitado.
8- Quedarse meditando hasta que se consuma totalmente el incienso. No mover el incensario hasta que se apague el carbón.
9- Apagar el cirio con un apaga-cirios. No soplarlo, ni usar los dedos mojados para tal fin.
10- El ejercicio no debería llevar más de 20 minutos. Si lleva menos tiempo dejar el cirio encendido por lo menos durante 15 minutos.
11- Repetir el ejercicio durante siete días seguidos, de ser posible al atardecer, o en caso contrario de noche.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.