¿Y SI LO ARREGLAMOS ENTRE TODOS...?

El otro día iba caminando por la calle distraído, mientras leía un libro de cuentos. La historia estaba ambientada en el siglo XIX y transcurría en un pequeño pueblo, cuando una mañana todo el mundo se despertó por los ruidos.
¿Había sido el gallo de la mañana, con su habitual sonido?. No.
¿Había sido la sirena de la fábrica textil que llamaba a los operarios?. NO, pues era domingo.
Bueno, ¡basta de adivinanzas!, ¿qué era lo que despertó a todos?. Pues, el zapatero Juan que se había despertado enojado, indignado, y se había puesto a arrojar golpes a diestra y siniestra contra un enemigo aparentemente invisible e invencible.
Fue necesario la actuación conjunta del comisario y del herrero para serenarlo, sentarlo en una silla, y de ese modo poder preguntarle:
- ¿Qué te sucede?, ¿contra quién peleas?.
- Es que trato, -contestó todavía indignado- es que trato de arrojar afuera la oscuridad.
Todos se rieron, que ridículo, se ve que todavía está dormido, pobre zapatero Juan.
Y ante la mirada asombrada de Juan, María, la nena del panadero, se subió a una silla y con naturalidad procedió a abrir las ventanas para que entrara la luz del Sol, luego se acercó al pobre Juan y mientras le acariciaba la cabeza le dijo:
- Deja de arrojar afuera la oscuridad, abre las ventanas y deja entrar la luz.

Cerré el libro y seguí caminando, era una historia entre ridícula e increíble.
- Qué suerte que vivo en el siglo XXI, -pensé, luego caminé un poco más sintiendo el perfume de las flores, y el sol de la mañana. En ese momento alcé la vista y miré a un señor que enojado leía los titulares del diario, más allá había dos personas con caras agrias comentando las dificultades económicas del país. Un Televisor de un negocio mostraba la guerra no sé en qué país, y una radio arrojaba los chirridos de una señora enardecida por la política de precios de los supermercados.
Miré para arriba, como buscando, buscando, pero NO, no estaba. No encontré a María para que nos abriese las ventanas.
Entonces me acordé de una frase muy gastada que dice: "a este país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie".
Sería una pena que no lo arregle nadie, es un país tan lindo...
¿No será posible que entre todos abramos las ventanas para que entre la luz del Sol, en vez de seguir luchando enojados para arrojar afuera la oscuridad?.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.