EL HIEROFANTE

A través del tiempo, las distintas versiones de El Tarot han nombrado a este arcano de diferentes maneras: El Papa, El Sumo Sacerdote, El Pontífice, El Hierofante, etc. Parece ser que esto se debería a las creencias filosóficas o religiosas de los innumerables autores. Pero todos ellos concuerdan en algo, este arcano representa el dogma, sea este social, político, religioso.
Los arcanos anteriores mostraban al hombre en su estado primitivo, natural, instintivo. Tanto El Mago como La Sacerdotisa y La Emperatriz dan cuenta de este estado de ser, y El Emperador les pone palabra, las estructura, los ordena y civiliza, pero su llegada lleva implícita el paulatino alejamiento del íntimo contacto del Hombre con éste, su mundo instintivo y natural. Y al perder este contacto necesitó de un dogma, de una guía que lo ayudara a reconstruir la conexión perdida. Y surge entonces la figura de El Hierofante, de El Pontífice. ¿Pero quién es este ser? Como su nombre lo indica, Pontífice, es quien establece un puente entre Dios y los hombres., es el representante de Dios sobre la tierra., cualquiera sea el nombre que se le dé a este Dios. Y así representa al Papa de la Iglesia Católica, al Hierofante, sumo sacerdote de los misterios griegos de Eleusis, a los Hermanos fundadores de las distintas órdenes, sociedades secretas, sectas, logias que comenzaron a aparecer desde finales del siglo pasad. En todas ellas su misión es la misma: conectar al Hombre con el Espíritu Divino, interpretar la palabra de Dios para hacerla comprensible al hombre corriente y a la vez elevar sus ruegos, dudas, esperanzas y temores a la Divinidad.
El Hierofante pone en palabras la intuición de La Sacerdotisa, creando entonces un sistema racional para sus percepciones, pero los secretos que ella tan celosamente guarda detrás de sus velos permanecerán vedados para quien se acerque a pedir la protección del primero.
Junto con El Emperador forma otra pareja interesante. Mientras el primero se ocupa del bienestar físico y social de sus súbditos, el Papa tiene a su cargo el cuidado de su salud espiritual.
Si observamos atentamente los arcanos anteriores y los comparamos con el Sumo Sacerdote, algo en sus diseños nos llamará inmediatamente la atención. En todos los anteriores el arquetipo representado, ya sea El Mago, La Sacerdotisa, La Emperatriz o El Emperador, aparecían solos, llenando todo el espacio disponible, dando cuenta así de la grandiosidad del arquetipo. El Hombre en esta etapa todavía era uno con ellos.
Pero el Sumo Sacerdote introduce una variante. Aquí ya hay tres figuras, la figura del Papa elevándose en el centro del arcano y otras dos figuras más pequeñas arrodilladas frente al mismo. De alguna manera podríamos decir que estas dos figuras representan la conciencia humana en una nueva etapa de su desarrollo individual, que ya ha conseguido separarse de La Madre y El Padre, pero todavía necesita protección, consejo, guía.
El Sumo Sacerdote comparte la naturaleza humana y la divina, está en contacto con Dios y trasmite su palabra a sus discípulos. Estos están arrodillados, dándonos la espalda quizás indicando con ello que todavía no pueden pararse sobre sus propios pies, no han logrado desarrollar su propia identidad, pero están ya en aquella etapa de crecimiento que los lleva a preguntar, cuestionar, poner en duda, volver a preguntar, y entonces ,¿quién mejor que El Pontífice para responderles?.
Estas dos figuras llevan al plano humano , la dualidad que ya expresaban las dos columnas detrás de La Sacerdotisa, dualidad que volveremos a encontrar una y otra vez en El Tarot, representada de distintas maneras en los Enamorados, El Carro, La Justicia... el eterno juego de opuestos que la vida nos trae . El Hierofante es un maestro, un consejero y guía espiritual, nos habla de educación, de obediencia a las normas dadas, de aceptación de los cánones impuestos por la sociedad en la que vivimos, nos conecta con las tradiciones, doctrinas y rituales repetidos por la Humanidad a lo largo del tiempo. Pero nos plantea un gran desafío, el de volcar toda esta forma exterior hacia nuestra interioridad, para poder establecer un diálogo directo, sin intermediarios, con nuestra propia y personal consciencia de La Divinidad.



Autor: Mónika Claudia Zajdman.