SANACION AUTOPROTEGIDA IV

En el número anterior de la revista habíamos dejado planteadas una serie de preguntas, a saber:
- ¿Nuestro hogar está limpio de corpúsculos?
- ¿Y si hubo una fuerte discusión en nuestra casa?
- ¿Y si sentimos que algo no anda bien?
- ¿Esto no nos ensuciará en pocos minutos, destruyendo el trabajo realizado?

Recordemos que los corpúsculos son "energías negativas, larvas, o gérmenes, que contaminan el cuerpo energético de las personas y los lugares en las que ellas están".

Ahora, contestaremos las preguntas planteadas, comenzando por la última:
- ¿Esto no nos ensuciará en pocos minutos, destruyendo el trabajo realizado?.
Sí, por supuesto. Si existen corpúsculos en nuestro hogar, si hubo una fuerte discusión, si sentimos que algo no anda bien, nuestro hogar será "hogar" de seres no deseados. Usted estará conviviendo con los "corpúsculos".

Por esto es tan importante plantearse la pregunta:
- ¿Nuestro hogar está limpio de corpúsculos?.
A esta pregunta corresponde hacerle otra pregunta, y perdonen que conteste una pregunta con otra pregunta pero no puedo evitarlo, entre otras cosas soy abogado.
Pero volvamos a nuestro tema, decía que hay que hacerse otra pregunta, y es:
- ¿Cómo me doy cuenta si está limpio de corpúsculos?.

Uno de los modos más simple de darse cuenta es a través de los "carbones".
Estos carbones tienen tres finalidades básicas:
1. Limpieza energética del lugar.
2. Detección de energías negativas o corpúsculos.
3. Servir de soporte para la colocación de incienso.
De estas finalidades vamos a considerar hoy: el uso de los carbones para la detección de los corpúsculos. Para esto proceda del siguiente modo:
a) Diríjase a una santería y compre unos elementos llamados comúnmente "carbones".
b) Ubíquese en el ambiente en el cual considere que es posible que existan corpúsculos y:
1. Tome de la caja de carbones a uno de ellos, y cierre completamente la tapa de la caja.
2. Coloque el carbón sobre un inciensario o elemento que pueda cumplir tal finalidad, debe ser una superficie que soporte altas temperaturas.
3. Tenga a mano la tapa del inciensario, o algún elemento para tapar el carbón suponiendo que durante el encendido emita "chispas".
4. Encienda el carbón con un fósforo de madera.
5. Apague el fósforo agitando su mano, no lo sople.

Ahora analice qué sucedió con el carbón:
1. Si el carbón se encendió fácilmente y de un modo paulatino, y al finalizar el encendido no se partió, ni emitió chispas importantes, el ambiente se encuentra limpio de corpúsculos.
2. Si fue difícil encender el carbón, y el mismo no se encuentra húmedo, está indicando la posible presencia de corpúsculos.
3. Si el carbón se parte, o emite chispas importantes, digamos que llegan a 30 centímetros del inciensario, está indicando también la posible presencia de corpúsculos.

Luego de haber realizado el procedimiento indicado, si hubiesen existido corpúsculos, estos deberían haberse disueltos. Para verificarlo, vuelva a encender a los pocos minutos otro carbón, esta vez tendría que encenderse fácilmente y de un modo paulatino.

Pasaremos ahora a la segunda pregunta:
- ¿Y si hubo una fuerte discusión en nuestra casa?.
En ese caso seguramente el lugar se ha cargado de corpúsculos. Por lo tanto si no los eliminamos se convertirán en fuente de futuras discusiones, y así se realimentarán permanentemente, haciendo que cada vez sea más fácil la generación de conflictos en dicho ámbito.
Por lo dicho lo aconsejable es eliminarlos de inmediato, procediendo tal cual se indicó más arriba.
- ¿Y si sentimos que algo no anda bien?.
En este caso convendría averiguar qué estuvo sucediendo en el lugar durante el pasado. Temas como enfermedades, muertes, depresiones, dolor, crean corpúsculos que mantendrán ese tipo de energías en el lugar. También en este caso una limpieza será lo más aconsejable.
Con esto hemos limpiado el lugar, y nada más que limpiado el lugar. Ud. podría ahora preguntarme:
- ¿Y si queremos preparar un lugar apto para un trabajo de sanación, cómo debemos proceder?.
Ante esa pregunta, una sola respuesta se impone:
- Tenga paciencia, practique lo que le sugerimos en este artículo, y para la próxima revista le prometemos darle algunos consejos a tal fin.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.