SANACION AUTOPROTEGIDA II

En el número anterior de la revista, prometimos dar algunos consejos elementales sobre medidas higiénicas energéticas.
Dijimos, que existen unas energías negativas, larvas, o gérmenes, que contaminan el cuerpo energético de las personas y los lugares en las que ellas están. Veamos que dice el Profesor Vinardi al respecto:
"En cualquier caso todos los seres pueden ser influidos o influir, ya sea con respecto a energías ambientales o bien con las energías de otros seres por su vida de interrelación.
Lo ideal sería que todos tuvieran las ropas con las que van vestidos perfectamente limpias, es decir, sin ninguna partícula de polvo o suciedad. Esto es muy difícil que suceda, sobre todo si la persona se debe mover en distintos ambientes, viajar en transportes, sentarse en distintos lugares, rozarse, etc., etc. Lo probable es que, por todos esos contactos, y además los gases, escapes..., se produzcan algunos depósitos de polvo, alguna suciedad, y hasta alguna discreta mancha en la ropa. Si la tela es de buena trama, bien cuidada, prácticamente no permitirá pasar las partículas de suciedad y hasta se desprenderán por sí solas algunas de ellas; no afectarán el aspecto ni la presencia del ser. Pero si no se tiene cuidado y uno deja que todo lo ensucie; o peor aún: si deliberadamente se acude a tener contacto con objetos y lugares que son focos de suciedad, las vestimentas serán traspasadas y llegarán a fijarse las partículas o manchas. Será necesario, entonces, proceder a un lavado o «higiene» que deberá ser ejecutado por un «tintorero» que pueda apreciar y observar las distintas manchas y tratarlas de acuerdo a su naturaleza y grado, hasta dejar finalmente la vestidura limpia. Por último, lo ideal sería que el «tintorero» aconsejara al usuario el mejor modo de utilizar sus prendas, puesto que las manchas con agentes agresivos pueden llegar a estropearlas definitivamente; pero, finalmente, es el usuario quien tendrá la última palabra y decisión.
En la precedente alegoría la vestimenta sería el cuerpo etérico o el perietérico, donde se pueden fijar las energías ambientales.
Si las energías actúan como el polvillo simplemente depositado en el comentario dicho anteriormente, o sea, no penetrado, se tratará nada más que de eso: de energía ambiental, y no impondrá influencia marcada o aguda sobre la conducta o desarrollo del ser humano salvo que el contacto sea muy prolongado, lo que es razón de más para que se busque siempre un ambiente energéticamente sano. En cambio, si las energías actúan impregnando, manchando o penetrando y hasta deteriorando la ropa, se tratará de un bloqueo. Este al igual que una mancha, no saldrá simplemente por fricción, sino que será menester un tratamiento más o menos específico y más o menos sencillo o complicado... y algunas veces, desgraciadamente, no será reparable, dependiendo en primer término de la detección, observación y apreciación debida." Si bien el Dr. Vinardi está usando una analogía para explicar el daño producido por las energías negativas, hoy vamos a dar unos consejos respecto a la ropa, ya no como analogía, sino como medio de transporte y contacto de esas energías negativas con nuestro ser y nuestro hogar. A esas energías, de aquí en más, las vamos a llamar corpúsculos. Decíamos que estos corpúsculos usan nuestra ropa como medio de transporte, y de ese modo llegan con nosotros, a nuestro hogar, luego de una intensa jornada fuera del mismo.
¿De dónde provienen?, pues de las personas negativas con las que estuvimos en contacto, de los lugares públicos que frecuentamos, de los medios de transporte, de las oficinas, de los bares. Prácticamente cualquier lugar o persona negativa contiene infinidad de estos corpúsculos esperando nuestra llegada para partir con nosotros e instalarse en nuestro ser.
¿Qué podemos hacer para eliminarlos?. Existen al respecto muchas técnicas, nosotros aconsejamos empezar por lo más simple, y no por ello menos efectivo: Sugerimos que al llegar a la casa nos saquemos los zapatos y los dejemos lo más cerca posible de la puerta de calle. Los zapatos han pisado no solo la suciedad de la calle, sino que se han incorporado a ellos muchos corpúsculos. Quizás por esto los orientales acostumbran a dejar los zapatos fuera de sus hogares. Dentro del hogar se aconseja andar descalzos, o con medias. De no ser posible, se recomienda usar pantuflas, evitando las que tengan base de caucho o goma. Estos materiales impiden que las energías negativas que están en nuestro cuerpo se descarguen por los pies y se integren a la tierra.
Si viven en un lugar con pasto, aconsejamos hacer eso que naturalmente nuestro cuerpo quiere hacer. Sacarse de inmediato los zapatos y las medias y caminar un rato sobre el mullido césped. Esto nos descargará de negatividad y nos nivelará energéticamente.
Luego, aconsejamos sacarse la ropa, pues a ella han quedado adheridos muchos de estos corpúsculos. Esta ropa sería oportuno colgarla en un lugar en el cual circule el aire, para que se ventile. Lo ideal sería que esté al Sol un rato. De no ser posible simplemente colgada lejos de personas. Estas técnicas permitirán que los corpúsculos se disuelvan rápidamente.
Si permanecemos con la ropa "de calle" puesta, junto con la ropa quedan los corpúsculos que se seguirán alimentando de nuestra energía, y que tratarán de imponerse a nuestros pensamientos, con los pensamientos y negatividades contenidos en los mismos, en estos casos es muy común que las personas sigan conectadas con los problemas que "traían de la calle". Esta es una frase muy popular, y que refleja exactamente lo que sucede con los corpúsculos.
A continuación aconsejamos poner música clásica, darse un baño, y cambiarse de ropa. ¿Por qué y como hacer esto?, la respuesta la tendremos en el próximo número de la revista. Mientras tanto vayan probando, si lo desean, estos consejos, y analicen por sí mismos los efectos. También se habrán dado cuenta que muchos de estos consejos eran antiguamente usados en los hogares ¿Por qué será?.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.