Como renovar la energia de la Primavera mediante la Tecnica del FENG SHUI
Comienzan los primeros días de setiembre y tomamos contacto con los cambios que se aproximan, no sólo desde lo climático, sino también en lo personal, en el descubrir que debajo de los abrigos invernales y oscuros se encuentra nuestra silueta, a la que empezamos a contemplar en el espejo con cierto resquemor, tratando de efectivizar una buena dieta o el plan de gimnasia conveniente que nos permita bajar de peso y prepararnos para estar mejor en el verano. Además, parece que con sol todo se ve con más optimismo.
El Feng Shui, una técnica oriental que nos ayuda a armonizar nuestro espacio y a partir de éste, a nosotros, nos propone tomar contacto con el agente madera, que es de los cinco agentes (agua-fuego-madera-metal y tierra) el que tiene que ver con esta estación.
Si tenemos la posibilidad de disponer de un jardín o espacio exterior, el cual parece haber sido olvidado en invierno, re-descubrimos la importancia de éste en nuestro espacio interior, cómo el aporte de lo verde se integra a nuestro hábitat. Es propicio disponer nuevas áreas en el jardín como por ejemplo, canteros con plantas de colores amarillos y rojos fundamentalmente, en su reemplazo reunir macetas de similares características, formando matas de colores.
En nuestro jardín, balcón o patio además podemos recrear el espíritu y atraer la abundancia con la incorporación del elemento agua, que aporta la energía para el crecimiento de la madera, mediante las fuentes, los estanques, o simplemente macetones con agua, acuarios con plantas acuáticas y peces. Asimismo, los comederos de pájaros son otro elemento para vivificar la energía del jardín.
Los senderos serpenteantes son otro elemento para re valorizar , construidos con materiales como la piedra, la grazna, rodajas de quebracho o maderas , van cosiendo los distintos lugares del jardín, invitando a pasear y contemplar la magia de la primavera actuando en el entorno.
También, es propicio la incorporación de alguna estatua que tenga que ver con lo femenino, con la tierra, nutriente de la madera.
Con respecto al interior de nuestras viviendas , es importante destacar lo necesario de la pintura y del color elegido. El pintar nuestra casa nos cambia el panorama, es como borrar las huellas del pasado, renovar los votos de prosperidad, y predisponernos a lograr ese cambio también en nosotros. La elección del color es todo un tema: a veces nos es más fácil pintar de color blanco o marfil, respetando las manos anteriores o por no jugarnos en proponer otra imagen.
El color cambia fundamentalmente la percepción de la casa, cómo se ve, cómo se trasmite ese color a nosotros, al barrio y a cada persona que pasa por allí . A veces nos dejamos llevar por la moda en esta elección de color. La propuesta del Feng Shui es que nos juguemos por el tono que nos brinde alguna característica para mejorar en algo nuestro hábitat y por ende a nosotros.
Los amarillos son de vibración alta y proporcionan estímulo en el sistema nervioso, bajando en la gama de los pasteles, ocres y castaños, nos conectan con el elemento tierra, el trabajo, el crecimiento.
Los rojos actúan como estimulantes sensoriales, y su uso se aconseja para detalles en carpinterías o bien mobiliarios o elementos decorativos en áreas Ying (con poca luz ). Nos conectan con el elemento fuego.
Las tonalidades naranjas imparten energía, dan apetito, elegidas para cocinas y comedores.
Elemento tierra.
Los verdes favorecen la musculación, son antisépticos y nos ayudan a concretar nuestros proyectos. Su uso es destacable en estudios, escritorios, etc. Son sinónimo del elemento madera.
Los azules y lilas son poderosos calmantes del sistema nervioso, ideales para incorporar en dormitorios. Elemento agua.
Los blancos, marfiles, plateados nos conectan con el elemento metal, son propicios en el dormitorio de los chicos, combinados con otras gamas.
Además de pintar la casa, elegimos de nuestro guardarropas, vestimentas en texturas ecológicas como el lino y el algodón en colores pasteles, tonalidades más cálidas, nos jugamos a un color determinado, tratando de olvidar el negro, que nos acompañó durante casi todo el invierno. Nuestra segunda piel se tiñe de los colores de la primavera, llevando esa percepción a nuestra mentalidad y así posibilitar el cambio en nuestro ser y reflejarlo hacia los demás.
Autora: Arq. Cristina Curubetto.
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