INSTITUTO DEON

Al hablar sobre "flores", me encantaría decir, que a mi entender, la única y verdadera sanación es poder conmoverse ante una flor.
Transformarnos en cuencos receptivos, e impregnarnos de ellas, que nos dejen su impronta y captar con las orejas del alma su mensaje.
Mucho podemos decir acerca de cómo actúan los distintos sistemas florales, y tener mucho conocimiento, saber acerca de la plantilla energética de cada una, pero si no se produce un verdadero encuentro de esencia con esencias, todo lo que sabemos es en vano.
Tal vez comento esto porque como profesional de la salud, muchas veces me encuentro dando esencias para "tal o cual malestar", y si bien lo alivian , y mucho, entiendo que nos seguimos manejando como con la alopatía, limitando todo lo que la ESENCIA de una flor puede expresar...
Las flores hablan el idioma del alma, nos recuerdan donde nos perdimos de nosotros mismos, nos enseñan a vivir, a crecer, a madurar, a florecer.
Son maestras porque nos acompañan en los primeros escalones de la vida, o nos traen las memorias del origen de nuestras vidas.
Solo quien ha vivido ese encuentro de ESENCIA HUMANA con ESENCIA FLORAL, sabe de ese instante, en el que suspendidos, sentimos el vacío, y allá, algo sucede.
Las flores se manifiestan en un lenguaje que tratamos de traducir al nuestro porque no lo entendemos, creo que debemos trascendernos e ir mas allá de nuestras ataduras para comprender sus enseñanzas. Abrir las puertas del corazón y la escucha del alma para dejar que nos sanen.
No las usemos como "medicamentos" solo hay que dejarlas entrar...


Autora: Dra. María Cecilia Hermida.