Las Flores de Bach
Vine, Vid

La vid crece en países cálidos. Es una planta trepadora que ocupa grandes espacios y puede alcanzar unos 15 metros de altura. En este trepar, ya podemos darnos una idea de la emoción que corrige la floral que de ella se extrae, pues la planta cubre totalmente la superficie a la cual se trepa, avasallándola.
Esta flor en estado positivo se relaciona con la autoridad natural, el líder que es capaz de ayudar a otros a encontrar su propia autoridad, su propio padre interno, delegando su poder en otras personas, demostrando comprensión y compasión, así como también sabiduría.
En cambio, el estado negativo de Vine manifiesta la dominación inflexible de otras personas alimentada por el deseo de poder. La flor ayuda a comprender que la autoridad no se ejerce por imposición ni creando el miedo en otros. Porque el tipo Vine suele ser tan inflexible que puede ser agresivo, aunque solo sea de palabra. Es el individuo que jamás puede admitir que alguien le indique qué debe hacer, y, aún cuando se equivoque, tiene la razón. Cuando se encuentra enfermo, si acude al médico, no puede evitar indicarle a éste el modo de guiar su tratamiento.
No obstante, la agresión del tipo Vine puede ir también hacia adentro. Como defensa del medio, siendo que este tipo de personalidad dictamina algo y no admite ni protestas ni sugerencias de cambio, el individuo Vine se crea fuertes corazas de protección que lo hacen en cierto modo invulnerable, pero son precisamente estas corazas las que le impiden también sentir amor o sensibilizarse frente a los sentimientos de los demás. Como consecuencia, él, que intenta ser el que somete a otros a su voluntad en forma dictatorial, puede terminar siendo esclavo de su propio cuerpo ya que este casi siempre comienza a manifestar intensos dolores como consecuencia de su inflexibilidad y rigidez de pensamiento.
No hay duda de que se trata de personas capaces, seguras de sí mismas, con gran capacidad y fuerza de dirección; pero muchas veces, ejercen su poder tiránicamente, sin tener en cuenta lo que otras personas puedan sentir, pensar o sufrir, mostrándose despiadados, incluso a veces al límite de la crueldad, si bien no son conscientes de los efectos de la severidad con que actúan.
Este tipo de personas van por la vida hiriendo los sentimientos de unos y otros sin el menor indicio de culpabilidad ya que no se permiten sentir, sino sólo pensar. Su racionalidad los lleva a ver esto simplemente como forma de ejercer su autoridad ya que no reconocen ninguna otra más. De este modo exigen obediencia total de quienes trabajan o viven con ellos, en la mayoría de los casos, manipulando a la gente e ignorando a quien no los reconocen como poderosos, siendo que son los dueños de la verdad y siempre tienen razón.
El tipo Vine negativo tiene además mucha potencia sexual y cuando no puede canalizarla con trabajo corporal, corre el peligro de volverse autodestructivo o de destruír al otro pues su energía se libera como si fuese un volcán.
Las personas Vine, cuando transforman su energía en positiva, son además de muy capaces y seguras, capaces de una enorme fe en el éxito propio y ajeno. Es por ello que se vuelve capaz de ayudar al prójimo a desarrollar su fuerza interior, a mejorar su autoestima, estimulando a quienes se le acercan por su gran magnetismo natural, a actuar como lo considere más apropiado según su grado de evolución en este mundo.

CASO
Hace un tiempo pude comprobar los beneficios de esta flor en un jóven de 14 años, había comenzado a liderar un grupo de amigos que realizaban actos de vandalismo en su barrio. Cuando vino a verme había una enorme energía en su interior, pero ésta estaba canalizada contra el mundo y contra sí mismo, si bien él no era del todo consciente de ésto.
En un principio no hablaba mucho y tampoco quería escucharme hablar sobre los beneficios que podían proporcionarle las flores. El estaba seguro de sí mismo y no podía soportar que alguien le cuestionara alguna de sus acciones. Pero de algún modo su madre había llegado a su corazón y le pidió que iniciara el tratamiento, lo cual hizo a regañadientes. La primera entrevista fue entonces muy breve porque se presentó como quien viene a tomar un exámen a otro y a demostrar su fuerza. Le propuse hacer una prueba tomando Vine durante una semana. Al cabo de 8 días, recibí un llamado telefónico de su madre, diciéndome que había empezado a dedicarle más tiempo a su estudio y que afirmaba no tener interés en salir mucho.
En la segunda entrevista se abrió bastante y me contó algunos de los temas que lo impulsaban a actuar de ese modo. Armé otra fórmula en la que incluí Vine nuevamente y el efecto fue categórico. Una semana después supe que había propuesto a su grupo de amigos reparar los daños causados a las distintas casas. Al mismo tiempo comenzó a dialogar con su madre acerca de su imposibilidad de dar o recibir afecto y su agresividad desapareció por completo.

La paternidad es un deber sagrado, temporal en su carácter, y que pasa de generación en generación. No conlleva más que servicios y no hay obligación a cambio por parte del joven, puesto que a éste hay que dejarle libre para desarrollarse a su aire y para prepararse para cumplir con esa misma tarea pocos años después. Así el niño no tendrá restricciones, ni obligaciones ni trabas paternas, sabiendo que la paternidad se la había otorgado primero a sus padres y que él tendría que cumplir ese mismo cometido con otro.
Edward Bach

Autores: Staff de la Revista Crecimiento Interior.

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