REIKI: MANOS QUE CURAN

La primera vez que tuve conocimiento del reiki fue como "paciente". Un amigo mío, me ofreció ésta técnica de curación para aliviar el stress que sufría entonces.
Al terminar la sesión, cambió por completo mi manera de pensar respecto a lo que yo creía "habladurías de la nueva era".
Mi mente analítica empezó a investigar qué procesos físicos o psíquicos ocurren durante una sesión de reiki; me metí de lleno en el estudio del sistema energético del cuerpo humano y en la terapia de reiki como alternativa o ayuda en cualquier proceso de curación.
La palabra japonesa Reiki, deriva de Rei que significa Energía Universal o Energía de Dios y Ki, la fuerza vital que posibilita la vida.
Fue redescubierto en 1.879 por Mikao Ushui, sacerdote y médico japonés, pero la técnica del Reiki es tan antigua como la historia de la humanidad.
Desde tiempos inmemoriales los humanos hemos utilizado las manos para calmar dolores, infundir confianza, para amar, para sentir... con el reiki y mediante la utilización de signos sagrados, el iniciado transmite por sus manos, la energía universal y curativa que permanece intacta en el Universo.
Cualquiera de nosotros puede ser un canal Reiki y a su vez todos podemos recibirlo, no existe ninguna contraindicación ni efecto secundario (las plantas, los animales y los alimentos también pueden verse favorecidos).
Tampoco es posible que notemos una "sobredosis" porque el proceso se autorregula y es el paciente el que limita su capacidad de absorción.
Como beneficios probados de la práctica Reiki puedo enumerar muchísimos, pero los más llamativos son: alivio del stress y tensiones musculares, favorece dejar hábitos poco saludables como el tabaquismo, aumenta la vitalidad física y psíquica, eleva la autoestima, libera emociones reprimidas durante tiempo, lo que supone una mejoría importante en personas deprimidas, alivio en los procesos de quimioterapia para pacientes cancerosos, regularización en diabetes... en definitiva, produce una armonización del ser en su totalidad.
A lo largo de mi experiencia he podido comprobar que el Reiki regula la energía del cuerpo y produce un alineamiento de todos los chakras estimulando su desbloqueo. El balance energético se traduce en una mejoría tanto en la parte física como en la psicológica; pero lo realmente emocionante bajo mi punto de vista, es la sensación de bienestar y relajación que experimentan mis pacientes. Personas enfermas de cáncer, en poco tiempo, han tenido una gran mejoría en la manera de enfrentarse a la enfermedad; recobran las ganas de vivir.
En Nueva York ya existen cinco hospitales donde se empieza a praticar Reiki como práctica alternativa de mejora tanto en pacientes con cáncer como en recuperación de la anestesia.
En Inglaterra el Gobierno está subvencionando apoyo para transmitir Reiki en la Seguridad Social e incluso se ha creado un comité para explorar la posibilidad de establecer una organización nacional para la educación, formación y seguimiento del Reiki en ámbito público.
Estos últimos meses he intentado adentrarme en el mundo de la sanidad pública española y en todos los casos he encontrado un muro de resistencia imposible por el momento de derrumbar. Para nuestro cuerpo sanitario, da igual que el Reiki esté incorporado al contexto de las prácticas terapéuticas alternativas reconocidas por la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud).
Sólo espero que todos vayamos aceptando que el Universo es infinito y que su energía está ahí, dispuesta a ayudarnos en nuestra curación.


Autora: María Cervantes.