LA EMPERATRIZ

Hela allí, desde su magnífico trono nos saluda Su Majestad La Emperatriz.
Así como de la fusión del 1 y del 2 surge el 3, de la chispa creadora de El Mago y la profundidad intuitiva de La Sacerdotisa , surge La Emperatriz. Eterno juego de polaridades, actividad-pasividad, luz-oscuridad, yang-yin, vida-muerte, dando paso a la concreción de la realidad.
La Emperatriz simboliza la capacidad de conectar el cielo con la tierra, el espíritu con la materia.
Es la Naturaleza en su máximo esplendor. Así como su más casta hermana, La Sacerdotisa, mostraba el mundo de lo misterioso, la intuición la reflexión, La Emperatriz nos habla de ese misterio hecho realidad. La imagen sugiere emoción profunda, pasión, sensualidad, toda la fuerza de lo femenino encarnado para cumplir su misión creadora.
Así como La Sacerdotisa gestaba y nutria en su interior, La Emperatriz da vida y alimenta el exterior. Ambas cubren los diferentes aspectos de lo eterno femenino.
Una guarda los secretos de su cuerpo cubierta por castos ropajes, la otra abre sus brazos al mundo, mostrando su gracia y belleza femenina vestida con espléndidas galas. Sus cabellos están sueltos y libres, tocados por una maravillosa corona con doce estrellas que simbolizan los doce signos del Zodíaco y las perlas de su collar indican los nueve planetas. Su vestido se confunde con la riqueza y exuberancia de la Naturaleza en su máximo esplendor.
La Sacerdotisa es Isis y su poder de gestar, La Emperatriz concreta este poder en la realidad, es la romana Demeter, diosa de la fertilidad y la vegetación.
Su cetro lleva una esfera rematada por una cruz, materia y espíritu unidos en la realidad y es también el símbolo de Venus, el poder del amor.
Ella nos habla permanentemente de este "poder del amor", la gran fuerza creativa que nos permite crecer, evolucionar, trascender nuestros limitados horizontes personales para incluir a otros en un abrazo amoroso.
Si alguna circunstancia hace que nos sintamos atascados o inmovilizados, podemos recurrir a Ella, y lo que hasta entonces nos parecía improductivo, lleno o vacío, podrá crecer, florecer, transformarse gracias a su divino aliento de Vida.



Autora: Mónika Claudia Zajdman.