¿MITADES COSMICAS?
II Parte

Finalmente, hemos persuadido al autor de la Novela a entregar la segunda parte. Fue necesario como siempre el diálogo firme, muy firme y persuasivo, acompañado de un poco más de dinero, pero valió la pena: los logros están a la vista:

El Editor
Queridos lectores, es el autor de la novela, que les habla. Ante todo quería decirles que son totalmente falsas y carentes de sustento aquellas versiones que me relacionaban con la bebida. La realidad es muy distinta. Todo este tiempo estuve abocado a abrir y leer las miles y miles de cartas e E-mails que me enviaron aportando datos para continuar la novela. Me detendré hoy en una sola firmada por "Cris" que dice textualmente: "El sol buscando a su luna, se equivoca, la busca con forma de mujer, cuando en realidad, la energía femenina envuelta en piel es buena para el hombre, mientras que el sol es el complemento perfecto de la luna, no de la mujer. El sol, si bien es de esencia Yang, se diferencia del hombre por la dimensión alcanzada como ser vivo-planeta, capaz de mover energía solar y el hombre, debido a su traje tridimensional que le impide acordarse de su verdadera esencia, maneja otra dinámica energética. Es vital que cada uno, sol y hombre, encuentre el complemento que le corresponde por evolución y grado de conciencia y no otro".
Es evidente que nuestra lectora le da al Sol de la novela un rango muy elevado respecto a la Luna con forma de mujer. Y esto no es machismo. Es algo muy distinto, nos está hablando en consecuencia sobre la dificultad, por no decir imposibilidad, de que dos seres de muy diferente nivel vibratorio, puedan encontrarse y "convivir", que sean en definitiva mitades cósmicas. Coincido totalmente con Cris. Por esto es difícil encontrar la mitad cósmica. Por esto existen muy pocas personas, que tengan la vibración afín, y una sola que responda a nuestro complemento, por lógica las otras no son aptas para él. Por esto el Sol busca su Luna, y no otra cosa, su error, quizás fue buscarla en forma de mujer, y esto nos devuelve a otra realidad. ¿cuál es en realidad nuestra frecuencia vibratoria? ¿qué tipo de personas atraemos y consideramos de igual frecuencia cuando estamos bajos de vibraciones?, ¿por qué al recuperar nuestro nivel de vibraciones, no entendemos qué hacemos al lado de esa persona?, ¿por qué nos quedamos al lado de personas de bajísima vibración, buscando vibrar a su nivel por no quebrar la pareja, tratando de sostener lo imposible?.
Pero dejemos esto por ahora y sigamos con la novela.
Habíamos dejado, a nuestros personajes, en un momento en el cual la Luna luego de conocerlo lo considera admirable y el Sol se ofrece a enseñarle mucho de lo que sabe, guardándose para sí, el hecho de haberla "reconocido", (Para aquellas pocas personas que no hayan leído el capítulo 1, lo encontrarán en la Revista Crecimiento Interior Nº 63 correspondiente al mes de junio, a tal fin corran ya a su distribuidor más cercano, antes de que se agote, o solicítela en la Redacción).

Capítulo 2

Ahora para seguir con la novela, sigamos a nuestra heroína la Luna. Ella salió de la entrevista con el corazón que le latía como una locomotora de vapor subiendo una montaña empinada, y con un solo pensamiento: este Sol es mío, estará siempre conmigo, lo veneraré como un Dios. Sí como el Dios Sol, y él siempre me iluminará y estará conmigo a toda hora , de día y de noche. Con ese pensamiento se presentó la Luna, a la siguiente cita. Ella llegó lo más bella que pudo. Llegó como Luna Llena. El Sol la esperaba con el mismo pensamiento que tenía cuando la vió partir, cuando la "había reconocido". Se decía:
- Por fin tengo a alguien a quien darle mi luz, alguien que permanentemente me mirará de frente , y absorberá todo lo que tengo para dar. Seremos el uno para el otro. Siempre aprenderá de mi.
Fue una clase magistral dada a una alumna magistral, pues la Luna se predispuso a aprender todo lo que podía del Sol, y este feliz le lanzó sus mejores rayos de luz. Se los daba con cuidado y dedicación, para no quemarla. Sabía que su piel estaba aún demasiado blanca para tanto Sol.
Así terminó la primer clase, el Sol estaba exultante, la Luna maravillada.
Era realmente un idilio.
Pero ciertos idilios no duran, no pueden durar, no deben durar. Fue así que nuestra chica al llegar a su casa empezó a sentir primero mucho calor en la piel y luego picazón en el cuerpo. Y al quitarse la ropa se dio cuenta de que tenía la piel muy roja. Nuestra amiga se había insolado, se había quemado. Pero como muchos de nosotros, cuando buscamos evitar la realidad, se dijo:
- El problema es que me expuse demasiado, la próxima vez estaré menos tiempo y me pondré bronceador, y siguió feliz haciendo cosas, llena de la energía del sol.
Mientras tanto el Sol ya estaba pensando cual sería la mejor estrategia para seducir a su Luna, y feliz se imaginaba como iba a ser la vida de ambos juntos. Se veía yendo a todos lados del brazo de su Luna. Se la imaginaba siempre aprendiendo de él, y no de otro. El Sol se imaginaba un horizonte de plenitud por mucho tiempo.
Es que el Sol estaba acostumbrado a hacer planes a largo plazo. No se puso a pensar que en cambio la Luna hacía planes a corto plazo. Ni siquiera se detuvo a pensar que la Luna cambiaba de cara, cuatro veces al mes.

Fin del Capítulo 2... Continúa leyendo el siguiente capítulo aquí.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.