LA ELECCION ES NUESTRA

Una encuesta del Banco Mundial en la Argentina y en el resto de América Latina, dio origen a un artículo en el Diario Clarín del 3 de julio pasado, y nos habla de un claro clima de pesimismo en la mayoría de la población. Por supuesto muchos dirán que no hacía falta una encuesta para enterarse de esto.
El Banco Mundial está preocupado por la intensidad de la "percepción negativa" de los latinoamericanos, de esta percepción sobre la inseguridad económica, de esta visión pesimista.
El estado de ánimo que muestra la encuesta no es una percepción meramente subjetiva. Se apoya en hechos, fenómenos y procesos objetivos.
Esto parecería apoyar el dicho famoso que dice que "La diferencia entre un optimista y un pesimista es que este último tiene más información".
Finaliza el artículo afirmando que "...Este duro presente y la falta de horizonte constituye el problema central de la Argentina".
Hasta aquí los datos de la realidad:
- Un duro presente
- Falta de horizonte
- Percepción negativa
- Inseguridad económica
Estos datos deberían ser suficientes para que la gente justifique su visión pesimista, y en consecuencia baje los brazos, se deprima, quede paralizada y pierda las esperanzas...
Pero yo me pregunto: por qué otras personas en el mundo, ante los mismos datos de la realidad, o aún peores, han reaccionado de otro modo, han apostado a seguir adelante con fuerza, con proyectos, con vida, con alegría, con amor.
Y me contesto: estas personas han aceptado la realidad, pero no han aceptado el futuro pesimista, han apostado a la vida. No usan su valioso tiempo para lamentarse de "lo mal que está el país", lo usan para pensar en opciones, lo usan para crear, lo usan para vivir, lo usan para agradecer a Dios por todo lo que tienen, no para quejarse por lo que les falta.
Dicen que uno tendría que caminar en la vida sabiendo que la mano de la Divina Providencia nos guía y nos protege. Esto nos da confianza, paz, seguridad.
Dicen que uno tendría que trabajar en la vida, como si todo el trabajo dependiese de nosotros, y no dejarle esas tareas a la Divina Providencia, que está ocupada haciendo otras cosas más importantes. Esto nos da fuerza y resolución.
Dicen que la botella está medio vacía o medio llena. Yo propongo que nos concentremos en la botella medio llena, y con optimismo y actos concretos, busquemos que desborde de vida.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.