EL NUMERO 33

Las revoluciones solares se revelan como el sistema más completo para determinar no solamente los grandes acontecimientos, sino además los pequeños hechos del año que escapan a las direcciones primarias, secundarias y simbólicas. Tenían gran prestigio en los astrólogos del Renacimiento, y si han conocido últimamente un período bastante largo de olvido ( sobre todo en los anglosajones ), eso se explica por la ausencia de exposiciones completas. Pretendo que este manual hará su uso más general.
Persiguiendo una meta práctica, este libro ha dejado de lado todas las cuestiones de orden filosófico, esotérico y aun simbólico que implica este sistema. Esas cuestiones no son de descuidar, pero no pertenecen a la Técnica de las Revoluciones Solares.
Un ejemplo mostrará la amplitud de la penetración de este sistema.
No solamente en los países cristianos, sino también en muchos otros ( como por ejemplo, Turquía y Persia), existe la creencia que los 33 años serán felices o desgraciados. En Francia, como en otros países cristianos, explicación es que Cristo falleció a la edad de 33 años, lo que ha influido fuertemente la imaginación popular, ¿pero, y en los países islámico? No es ciertamente por el hecho de que el templo de Salomón- entre los grandes magos de los musulmanes- haya sido destruído al cabo de 33 años. Como para muchas otras cosas, es la Astrología la que ofrece la explicación.
La verdadera explicación de esta creencia es que al cabo del ciclo de 33 años el sol se encuentra en el mismo día y en el mismo minuto de longitud, de tal manera que si el sujeto se encuentra en el sitio de nacimiento , su Revolución Solar tendrá la misma orientación del cielo que el tema natal.
Ese ciclo solar de 33 años, que se juega un gran rol en la orientación del tema anual, parece también estar en relación con las 33 cúpulas que rodean la cavidad central más grande sobre una tabla de ofrendas, descubierta en el templo - palacio de Mallia, en creta, con los 33 días durante los cuales mamá cayó del cielo, los 33 cantos de Dante, los 33 grados de la Francmasonería, los 33 dioses atmosféricos de los libros de Zen, las 33 divinidades invocadas en los cantos del Rig-Veda, con los 33 Arhats de la hierarquía búdica y con la edad de 33 años en la que falleció Krishna.
Los antiguos, que han espiritualizado tantos fenómenos celestes comenzando por el ciclo del año, representaban cada una de esas 33 orientaciones anuales sucesivas como una vía mística particular del destino humano. Son los 33 caminos místicos del norte que , según los yoguis hindúes, conducen al iniciado a la iluminación total y a su Thulé llamado la Outrara Kourou, el tchang daminien y chambhala. Cada una de esas orientaciones anuales está en relación con las 33 consonantes articuladas del alfabeto sánscrito que son las manifestaciones del verbo.
Los 33 golpes diarios de la campana despertando a las 2 horas de la madrugada a los monjes del monasterio cristiano más antiguo del mundo, fundado en el siglo 1 d.J., el de Santa Catalina de Sinaí, a 400 kilómetros de El Cairo, ¿no hablan de la misma cosa?.

Autor: Dr. Dino Ricardo Deon.